lunes, 14 de mayo de 2012

Cap. 2// La mejor sorpresa

Subo a mi habitación bastante confundida. Siempre he odiado no enterarme de las cosas, es horrible no saber a que se refieren cuando están hablando de ti. Me tumbo en la cama intentando olvidarlo y en cuanto apoyo la cabeza en la almohada me quedo dormida.
A la mañana siguiente me despierto bien entrada la mañana. Me levanto y me asomo otra vez al balcón, hace buen día: a salido el sol y no hay muchas nubes, este sería un bien día para hacer una excursión al campo, pero desde que se fue mi padre no podemos estar todos juntos sin ponernos a gritar, como ayer por la noche vuelvo a dirigir mi mirada hacia el bosque, por el día no parece tan peligroso como por la noche, pero, aún así, sigue siendo imponente, el bosque es tan grande que puedes ver el principio, pero no el final. Cuando era pequeña, todos los fines de semana, mi padre y yo íbamos a acampar al bosque, normalmente nos llevábamos comida y agua, pero una vez mi padre decidió enseñarme a sobrevivir en el bosque, por si acaso: nos fuimos tal cual, no llevábamos ni tienda de campaña ni comida, ni agua ni nada por el estilo. Nos quedamos un mes entero, y, por suerte, encontramos un arroyo cerca de la cueva que utilizábamos de refugio, mi padre me enseñó ha hacer fuego con pedernal, me enseñó a pescar, a recolectar, a cazar... Lo pasamos muy bien y, como consecuencia, si yo me perdiera en el bosque me sabría desenvolver perfectamente, pero mi madre no nos dejó volver a hacerlo y nos teníamos que conformar con los fines de semana.
De repente entra mi hermano y me saca de mi ensimismamiento.
- ¡Hola!- exclama-. Ya estas despierta, que bien- hace una pausa y sonríe ampliamente-. ¿Preparada para una acampada en el bosque?
Me quedo tan sorprendida que no puedo decir nada, mi hermano interpreta eso como el rechazo y se justifica:
- Yo... como siempre te encantaba ir con papá, pensé... siento que no te haya gustado...
- ¿¿Pero que dices?!- exclamo, ya me he recuperado de la sorpresa y puedo expresar debidamente mi alegría-. ¡Es la mejor sorpresa que podías dar en estos momentos! ¡Es genial!- hago una pausa y me doy cuenta de que hay algo que no me cuadra-. ¿Cómo has convencido a mamá? Ella nunca nos deja.
- No la he convencido- dice, y lo miro extrañada, solo podría haber dos razones para que él no tuviera que intentar convencerla: 1) Por fin a entrado en razón y se ha dado cuenta de que es lo mejor para mi, cosa que creo que es imposible, ya que no parece que quiera hacerme feliz, más bien parece que lo único que quiere es verme sufrir. 2) Que quiere ir ella por alguna razón y no sabe nada del bosque, así que, muy a su pesar, tiene que recurrir a mi ayuda; pero si es esa juro que me encierro en mi habitación el resto de mi vida para no ir. Mi hermano, al ver mi cara de escepticismo me lo explica-. No tiene por que saberlo: ella y Angy se van a casa de nuestra "queridíííííííísima" tía abuela- estoy tan feliz que voy saltando hasta el y lo abrazo con todas mis fuerza y por poco me pongo a gritar de alegría, os explico: cuando eramos pequeños, íbamos una vez al mes, una semana entera, a casa de nuestra tía abuela y Gideon y yo no la soportamos y poníamos la casa patas arriba, así que, mi madre, mi tía abuela y mi hermana Angélica (la verdad es que no se porque le pusieron ese nombre, ya que es todo lo contrario, es insoportable a más no poder y parece que su único propósito en la vida y hacerme sufrir, como el de mi madre), decidieron que nosotros dos podríamos quedarnos en casa con nuestro padre, así que una vez a la semana, Gideon, papá y yo, nos quedábamos en casa y nos pasábamos el día jugando, inventando historias y haciendo cosas sin importancia. Pero, como nuestra tía abuela había estado de viaje tres años (ya se lo que estaréis pensando, ¡tres años de viaje! eso es imposible, sí, yo me quedé con esa misma cara, pero es que mi tía abuela es una de las personas más ricas y raras, todo hay que decirlo, de este mundo, así que podía permitírselo), no habían ido en todo ese tiempo y, mi hermano y yo, no habíamos podido quedarnos solos ni un día, ¡UN INFIERNO! os lo aseguro, y yo no sabía que había vuelto ya- ¡Eres el mejor! ¡Eres el mejor! ¡Eres el mejor!- grito mientras le abrazo y le beso, en la mejilla, no os asustéis.
-Gracias, eso ya lo sabia yo- dice bromeando-.Ahora en serio, baja la voz si no quieres que nos escuchen, todavía no se han ido- pone cara de aburrimiento-. Hay que bajar a despedirlas.
- ¿Por qué?- exclamo enfadada-. No las soporto y yo a ellas les importo un pimiento.
- Ya sé que es un coñazo, pero es lo que hay- pongo cara de tristeza, ya que no puedo verlas ni en pintura y odio las despedidas, y él me abraza y me dice al oído-. Tranquila, ya falta poco para irnos, en cuanto los caballos se hayan alejado llamamos al primo y a Christian y nos vamos- me da la mano y me guía por la casa, que es verdaderamente enorme, lo bueno de vivir allí es que es tan grande que puedo pasarme meses enteros sin encontrarme ni una solo vez con ninguna de las dos; cuando llegamos al vestíbulo y las veo a las dos, tan perfectas y estiradas, me entran unas ganas impresionantes de salir corriendo, pero me reprimo diciéndome que solo estoy aquí para poder irme de acampada después.
- Buenos días, Arielle, encantada de verte de nuevo- dice mi hermana irónicamente, claro que no esta encantada de verme, seguro que estará pensando en alguna forma de hacer que me arrepienta profundamente de haber salido de mi habitación.
- Eso no te lo crees ni tú- replico mordaz, cada vez la soporto menos.
- ¡Basta, Arielle! ¡Deja en paz a tu hermana!- exclama mi madre, como siempre defendiéndola a ella, cada vez me arrepiento más de haber bajado-. Por cierto, me alegro de que ya estés recuperada- ¡Ja! eso no se lo traga ni Dios, no se alegra en absoluto, durante mi enfermedad no se acercó ni a tres plantas de mi habitación.
- ¡Y yo voy y me lo creo!- replico para hacerla enfadar-. No creo que te alegres, si te preocupara lo más mínimo mi bienestar habrías venido a verme durante mi enfermedad, aunque me alegro que no lo hicieras, los pocos minutos que hubieras estado en mi habitación se me habrían hecho interminables- concluyo cada vez más irritada y antes de que diga nada salgo corriendo hacia las escaleras.
Sigo corriendo sin rumbo hasta que, no se como, llego mi antigua habitación, en la parte más alta de la casa, que más que una casa es un castillo. La habitación esta llena de cosas que me recuerdan a mi padre y me echo a llorar sin poder evitarlo.
Así me encuentra Gideon media hora después, no me doy cuenta de que ha entrado en la habitación hasta que se agacha junto a mi, me abraza y me susurra algo al oído que no logro entender. Poco a poco me voy calmando y cuando ya estoy completamente serena me dice que nuestra madre y Angélica ya se han ido y que pronto llegaran Christian y Alex, mi primo, y que tenemos que preparar las cosas antes de que lleguen.
Nos levantamos y me guía hasta mi habitación donde me ayuda a preparar la mochila, cuando ya lo tenemos todo preparado oigo a Christian en la puerta de la finca y siento un deseo irrefrenable de verle y abrazarle, así que salgo corriendo de la habitación a recibirlo. Cuando llego al vestíbulo veo que alguien del servicio le ha abierto la puerta y que él ya ha entrado en la casa y sin poder evitarlo me acerco corriendo a él y le abrazo, pero la verdad es que no tengo ni idea de porque le abrazo, simplemente tenía unas ganas irremediables de abrazarle; al principio él se muestra sorprendido, pero, al final, me abraza cálidamente y en ese momento entra mi hermano y nos separamos.
- Yo... me he dejado uno cosa en mi habitación, tengo que subir- digo para evitar esa situación tan incómoda, subo corriendo a mi habitación y me tumbo en la cama preguntándome que diablos ha pasado, pero no consigo encontrarle ninguna explicación, así que decido bajar. Cuando ya casi estoy en el vestíbulo les oigo hablar de algo que me llama la atención, así que me paro a escuchar:
- Christian, ¿tú estas loco?- dice mi hermano-. Me dijiste que te ibas a controlar- respira hondo y añade-. Lo digo por vuestro bien, vais a sufrir los dos, yo ya te he avisado, a partir de ahí ya no me meto, si quieres sufrir es cosa tuya, pero no la hagas sufrir a ella.
- Pero...- como no quiero oír lo que va ha decir a continuación, entro en la habitación-. ¡Ah, Arielle! Ya estas aquí... ¿Nos vamos?
- Aun no, tiene que llegar Alex, cuando llegue nos vamos- dice mi hermano.
- Ya estoy aquí- se le oye decir desde fuera.





9 comentarios:

  1. Oh!! Que bonito es el amor!! jajaja Me encanta como es ella!! Espero el siguiente!
    Besos:)

    ResponderEliminar
  2. Me encanta, cuando tendrás el siguiente listo? me has dejado con la intriga...
    Tengo un blog, te dejo el link por si quieres pasarte: http://lahistoriadebeid.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  3. ya lo he visto, me encanta
    no se cuando lo tendré, esque prefiero hacer menos, pero que sean largos,que muchos cortitos
    besos

    ResponderEliminar
  4. Ohh!! Me encanta!!
    Espero el siguiente y no nos hagas esperar muchoo pleasee!
    :D

    ResponderEliminar
  5. Me encanta tu historia. Es preciosa. ¡Sigue así, espero tu próximo capítulo!

    ResponderEliminar
  6. Por cierto, yo también tengo un blog. ¿Te puedes pasar a ver qué te parece? Muchas gracias!!
    http://thelasthungergames-history.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ya he mirado tu blog y me ha encantado
      besos
      espero que sigas leyendo

      Eliminar
  7. Afiliame pleaseee
    enunafamiliadelcapitolio.blogspot.com.es

    ResponderEliminar
  8. Acabo de ver tu blog y me ha gustdo muchisimo! voy a seguir leyendo hasta llegar al último que hayas publicado.
    Espero que te sigas pasando por el mio ya que voy a seguir publicando.
    Sigue asi! un beso!

    ResponderEliminar